Enviados a Asís

Hola a todos!

 Nos quedan pocas horas para comenzar nuestra peregrinación, que nos llevará, primero a Roma y después a Asís, siguiendo los pasos de  San Francisco.

En estos últimos momentos, las frases más repetidas en nuestras casas son: «me pesa mucho la mochila, voy a sacar esto y aquello» «Aunque, mejor pensado, por si acaso, tengo que llevar esto otro»…

Lo que no se puede negar es la ilusión con la que iniciamos esta aventura organizada por la Delegación de Pastoral con Jóvenes. Ilusión por empezar ya. Coger el avión y aterrizar en la Ciudad Eterna, punto de partida de esta experiencia, y recorrer sus calles milenarias visitando lugares tan cargados de significado para los cristianos.

Pero también partimos con incertidumbre. Son 184 kilómetros a recorrer con la mochila a cuestas, sin comodidades, viviendo con austeridad. Me saldrán ampollas?, Aguantaré el peso de la mochila?, Habrá muchas cuestas hacia arriba?…  Son preguntas que nos rondan la cabeza. Tenemos ganas de empezar ya y afrontar esas cuestiones para salir vencedores de ellas.

Pero bueno, hemos echado a andar este blog y esta aventura, sin casi presentarla y presentarnos.

Somos los 20 integrantes de la delegación de la Diócesis de Vitoria, encabezada por Don Juan Carlos, nuestro obispo, que nos uniremos a otros 20 jóvenes italianos de la Diócesis de Alessandria, también guiados por su obispo Don Guido, con el objetivo de caminar, siguiendo las huellas de San Francisco de Asís.

Durante estos días, visitaremos lugares por donde anduvo el «poverello» y profundizaremos en su vida y su legado. Y, por supuesto, haremos lo mismo con su «alma gemela» Santa Clara.

Iniciaremos nuestro camino en el monasterio franciscano de La Verna en la Toscana. Pero, previamente, como os decíamos antes, pasaremos unos días en Roma. Todo un regalo!!!

Y, como bien dice el título de esta entrada, esta misma tarde, en la Gazte Meza (misa para jóvenes), hemos sido enviados, recibiendo el testigo de los peregrinos de Egibide, recién llegados de Santiago de Compostela. Enviados a Asís, pero también enviados a ser semillas del Reino que produzcan ciento por uno, como nos decía el Evangelio de hoy.

A los pies de nuestra patrona la Virgen Blanca hemos recibido la bendición y el envío, que continuaremos en la basílica de Santa María la Mayor en Roma, «casa madre» de la Virgen Blanca para, finalmente, cumplir nuestro objetivo llegando a la cripta donde reposan los restos de San Francisco.

No nos olvidaremos de rezar por todos vosotros, familiares y amigos que nos lo habéis pedido, encargo que haremos extensible a toda la diócesis de Vitoria.

No queremos despedirnos hoy sin mandar un recuerdo muy especial a una de las integrantes de nuestro grupo, a la que una inoportuna fractura ósea, le ha dejado, muy en contra de su voluntad, en Vitoria sin poder venir con todos los demás. Elena, recibe un beso muy grande de parte de todos y ten por seguro que nos acordaremos mucho de ti y que rezaremos para que te recuperes pronto.

Recibiréis pronto noticias nuestras desde Roma.

Besos y abrazos



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