Voluntariado en Cebreros | Día 3

Hola de nuevo familia, hoy no tuvimos que madrugar, como solo íbamos a caminar 8 kilómetros pudimos dormir un poco más. El Padre Miguel Ángel nos acompañó hasta la salida del pueblo y emprendimos la travesía del día, una muy especial porque teníamos nuestro ansiado voluntariado.

Como iba nuestro obispo a la cabeza hicimos el trayecto en menos tiempo de lo esperado y llegamos a Cebreros poco antes de las 11h. Al llegar nos encontramos con un pueblo pequeño de calles estrechas y gente que ya nos esperaba y nos saludaba desde los balcones diciendonos: “¿Ey, son los de Vitoria? ¿Son los del Camino Teresiano?

Para la mayoría de los jóvenes lo más emocionante de esta peregrinacion era el voluntariado. Nos dirigimos hacia la residencia Casa Virgen de Valsordo que es la patrona del pueblo. Es una residencia pequeña que también funciona como centro de día, se encuentra en el corazón del pueblo, justo en la plaza, y que nos fue sugerida por el Padre José Luis, que es el párroco del pueblo porque entendía que los residentes iban a disfrutar mucho con la vista de los jóvenes.

Sus caras se iluminaron al vernos, hicimos un pequeño teatro de una fábula que habla sobre los sentimientos. Luego los más cantarines del grupo nos deleitaron con sus canciones y entre todos cantamos canciones típicas de Cebreros y de pueblos cercanos y otras canciones que ellos también conocen.

Algunos residentes hicieron nuestra estancia muy agradable, como Aura de 100 años que es la alegría de la huerta y no dejó de cantar y aplaudir, Antonio de 96 que nos dio clases de baile y Teresa que nos enseñó una jota cebrereña de letras muy graciosas que arrancaron las risas de todos los que estábamos en la sala. Los residentes reían, aplaudían, cantaban y lloraban de alegría y de emoción. Poco a poco se fueron contestando las preguntas de los jóvenes que en principio creían que íbamos a ayudar a comer a los mayores o a jugar a las cartas y al terminar la visita se dieron cuenta que nuestro voluntariado consistia en llevar alegría, amor, fe y esperanza a aquellos que están enfermos y solos y se sienten abandonados. Para algunos de nuestros jóvenes ese fue el momento más especial del día.

Nos despedimos de los residentes y fuimos a la piscina municipal a resguardarnos del calor para luego ir a la plaza del pueblo a prepararnos para celebrar la eucaristía con el Padre José Luis y l@s cebrereñ@s que se dieron cita para conocernos y desearnos buen camino.

La eucaristía se celebró en la Parroquia de Santiago Apóstol, el templo más grande que tiene Ávila después de su catedral. Viéndola desde fuera engaña porque no te la imaginas tan grande, pero se trata de una construcción renacentista del siglo XVI, compuesta por una planta rectangular de tipo hallenkirche con tres naves de igual altura. El diseño es de un torrijeño, el arquitecto Alonso de Covarrubias. En la parte interior pudimos ver escenas pintadas por Jusepe Leonardo. Esta iglesia parroquial fue declarada bien de interés cultural con la categoría de monumento por Decreto en fecha 17 de octubre de 1991.

Los lugareños, en su mayoría señoras, fueron llegando a la parroquia, y al inicio de la eucaristía el párroco Padre José Luis nos dio la bienvenida, deseándonos un camino lleno de entrega, alegría e ilusión y que el ejemplo de Santa Teresa nos ayude a acercarnos más a Jesús. Al terminar la comunión agradeció el hecho de que hayamos escogido Cebreros como parada porque les ayuda a recordar que existe Iglesia más allá de la parroquia de Cebreros y que no están solos en el camino de la fe, por el contrario, este grupo de peregrinos de Vitoria era la prueba de que somos comunidad, de que somos Iglesia y de que los jóvenes tienen interés en seguir a Jesús.

Al volver al albergue hemos pasado por la que era la Antigua Iglesia de Santiago y que fue convertida en el actual Museo Adolfo Suárez y a la Transición. En éste se rinde tributo a los pioneros de la democracia española, en especial al cebrereño Presidente Adolfo Suárez. Aunque no pudimos entrar, para los cebrereños este museo es muy importante porque representa los valores de la Transición Española.

Llegó la hora de descansar, ha sido un día cargado de emociones y mañana madrugamos. Nos esperan 20 kilómetros de trayecto hasta San Bartolome de Pinares, nuestro próximo destino.



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